Consultor en la producción de arroz, empuja el ritmo productivo con técnicas que ayudan a mejorar los rendimientos en las zonas de San Javier, La Paz y Guayquiraró. Y asegura que está época es la mejor etapa para explicar cómo combatir los labores fitosanitarias y malezas en poco tiempo.
Las condiciones medio-ambientales son vitales, y en este tema en las zonas de San Javier, La Paz y Guayquiraró, las horas ideales comienzan a ser escasas.
Se requieren para las aéreas de:
1. Vientos entre 5-15 kilómetros por hora;
2. Humedad ambiental de 70%. Aunque con 50 % es posible aplicar con el empleo de antiderivas, o altos caudales,
3. Temperaturas no superior a 28 ° C;
4. Que no haya inversión térmica;
Antes de avanzar, diré que las aplicaciones terrestres de líquidos tienen un mayor margen dado los altos caudales, la distancia entre la pulverización y la zona de impacto, (un metro), y la poca pérdida en consecuencia del caldo a asperjar.
En las aéreas, que ya fueron mencionadas las condiciones arriba, se suelen traspasar estas mínimas condiciones con pérdidas de caldo pulverizado, eso siempre ocurre y máximo en meses de diciembre hasta marzo venidero.
Los horarios adecuados son: desde el alba hasta que se den las temperaturas máximas indicadas. Sobre la última hora usar antiderivas y aceites agrícolas de cualquier modo. Un párrafo aparte merece "envolver" siempre los agroquímicos que se preparen. De esto sabemos sus buenos resultados, pero no está demás recalcarlos nuevamente.
La inversión térmica, que nada tiene que ver con otras inversiones, es la causal de enormes pérdidas sobre todo en las tardes. Desde las 16 horas en adelante en días que alcanzan los 30-35 grados es casi un error aeroaplicar. Podrá estar fresquito, dentro de la cabina del avión o de la camioneta pero la temperatura del suelo es alta y las gotas que a veces son pulverizadas con tamaños de 100-150 micras nunca impactan sobre el cultivo.
En esos casos solamente pueden usarse altos caudales, muy a pesar del aeroaplicador, así tendremos gotas de 200-350 micras y las pérdidas serán menores. Pero el tema es que tendremos una corriente ascendente a causa de la disipación de la temperatura del suelo, y la gota que debería bajar en 5 segundos (puede demorar 15 o más con reducción de su tamaño). Al hacerse pequeña queda a la "deriva" y se suele desplazar varios metros según el viento que puede perderse.
Debería agregar en este caso, que el viento es esencial. Es decir, si hay alta temperatura, (30 grados), y no hay viento, lo mejor es sombrear sino será un desastre total.
Ya finalizando con las recomendaciones, hay que cuidar las aplicaciones sino las planillas pueden estar prolijas, pero las malezas, o los insectos seguirán gozando de buena salud.
Un comentario sobre las aplicaciones terrestres de granulados
Hay establecimientos que hacen aplicaciones de Urea u otro nitrogenado antes del riego. En esta circunstancia por favor repasar el ciclo del N, sobre todo la alta influencia de la temperatura y la humedad para evitar pérdidas del nutriente.
Por otra parte, las aplicaciones deben ser graduales, es decir entre una hora y hasta 15 horas idealmente antes del riego. Para ello, deben contactarse con el encargado del riego, los aguadores y quienes proveen el mismo.
A su vez, los nutrientes dejados por cualquier razón más de 24 horas (Urea) sobre el suelo sin el riego correspondiente sufrirán grandes pérdidas al tornarse nuevamente en fase gaseosa. En este caso habrá que recordar que la atmósfera tiene el 78 % de N, vuelve a su estado original.
Una de las soluciones es emplear nutrientes menos dependientes del agua. Otra opción puede ser si existe la posibilidad de regar rápidamente, hacerlo y aplicar de modo aéreo la Urea u otro fertilizante de modo aéreo. Existirá una pérdida por cambios de estadios químicos, pero mucho menor a errores por un inadecuado riego.
En aquellos casos en que los requerimientos sean bajos de N, no puede observar si no es más conveniente aplicar mezclas de fertilizante foliares + herbicidas con suelo ya regado. Y sobre diferenciación adecuar el requerimiento definitivo de nitrógeno, si lo amerita.
Observemos entonces que las posibilidades son varias, sólo resta emplear la más conveniente según criterios técnicos para cada lote.
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