Regina Sujovirsky

martes, 23 de agosto de 2011

Bolsa: Domínguez habló de diálogo, pero Binner se llevó los aplausos

No hay registro en los últimos tiempos de que un dirigente político haya sido tan aplaudido durante varios minutos en un acto aniversario de la Bolsa de Comercio como el que recibió anoche el gobernador Hermes Binner tras su discurso en el acto oficial de celebración. El candidato presidencial santafesino criticó duro la política agropecuaria nacional y denunció falta de confianza de los actores económicos en la actual gestión económica y sus dichos generaron una adhesión pocas veces vista de los empresarios cerealistas al gobernador socialista, consagrado así como el preferido de cara al balotaje, y eso que la mayoría había votado en las primarias a Eduardo Duhalde.


Los aplausos fueron un claro tiro por elevación al ministro de Agricultura, Julián Domínguez, quien presidió el acto, y había presentado previamente un discurso conciliador, abierto y que convocó al diálogo, pero que no convenció al grueso de la platea empresaria agroindustrial porque no viene acompañado de respuestas y gestiones concretas a los problemas del sector, hoy básicamente la comercialización de trigo y maíz y la exportación de carnes.

La serenidad, la convocatoria al diálogo, y hasta los agradecimientos mutuos entre Nación, Provincia y Bolsa -que sonaron sinceros en Domínguez, Binner y el vicepresidente de la Bolsa, Víctor Cabanellas- fueron una muestra clara del intento de todos por dar definitivamente vuelta de página con el conflicto campo gobierno y armar un escenario de diálogo y no de enfrentamiento de cara a los desafíos económicos que afronta el país.

Con un discurso ultraconciliador, como el que viene bajando línea la presidenta Cristina Fernández desde su apabullante triunfo en las primarias del domingo, Domínguez llegó a reconocer como un error del gobierno nacional la forma de intervención estatal en el mercado de ese cereal y del maíz, y prometido una pronta corrección.

La platea empresaria saludó el tono dialoguista y la mirada al largo plazo del discurso del ministro, pese a que el gran espaldarazo de las urnas le daba margen político para poner sobre la mesas críticas al sector que siempre fue crítico del gobierno nacional. Además, fue un gran contraste a lo ocurrido hace un año en el mismo ámbito cuando la propia presidenta Cristina Fernández les disparó con munición gruesa al acusar al campo de ser los principales evasores del país.

El ministro agradeció especialmente la interlocución de las autoridades de la Bolsa, "que es dura cuando hace sus críticas en privado, pero positiva y constructiva cuando los hace público", dijo que la pelea de las retenciones móviles fue un "momento oscuro" del país y admitió que el gobierno hizo una "evaluación equivocada" del mercado agrícola que lo llevó a una intervención errónea en el mercado triguero, donde a partir de las restricciones exportadoras se permitió que un grupo de empresas capturara ganancias a costa de los productores. Y, tras asegurar que el diálogo es la marca de los nuevos tiempos, llamó a profundizar una alianza con la producción para aprovechar las oportunidades que presenta la demanda mundial de granos.

Pero lo que no les cierra al empresariado que lo escuchaba es la falta de respuestas y gestiones concretas que le den piso de realidad al discurso. “Habla para Suiza”, “hoy un gran relato, piden perdón y quieren dialogar, pero mañana siguen sin resolver lo que prometen” “¿Qué vamos a hacer cuando lleguemos a las 160 M de toneladas si todavía hay trigo sin vender de hace dos campañas”, fueron los comentarios de asistentes saliendo del salón central donde se hizo el acto.

Fue por eso que el discurso de Binner cosechó muchos minutos de aplausos. Es que el socialista dijo lo que los empresarios querían decirle al ministro. "No se puede convocar al diálogo y después no escucharlos. No se puede pedir a los productores que siembren trigo y luego no los dejen exportar, falta confianza y eso se nota en la fuga de capitales de dólares en el primer semestre del año, que llegó a los u$s 9.800 M", disparó el gobernador.
Es más, luego del acto, en diálogo con la prensa el goberndor se mostró aún más crítico.  "Nos siguen mintiendo con el Indec y la política ganadera de este gobierno fue el que redujo el stock de carne hizo que se dispararan los precios al público y encima los frigorificos están cerrando y despidiendo gente porque no los dejan exportar", resaltó. "Cierran la exportación de trigo para que no falte y los precios al público del pan se disparan pero el productor ni puede vender el cereal. Argentina necesita 5M de toneladas para consumo, pero igual al los otros 8M que se producen no lo dejan exportar, pero sí le dicen al productor que siembre trigo. Todo eso genera desconfianza", bramó.

Previamente, Cabanellas había reconocido que el bajo endeudamiento público y el colchón de precios de los granos permitían a la economía local enfrentar con cierta seguridad la crisis económica internacional que amenaza con profundizarse. Defendió el rol de los mercados institucionales para equilibrar los poderes relativos dentro de la cadena de valor agropecuaria, y la intervención del gobierno para evitar los monopolios y la concentración, pero cargó contra las restricciones a las exportaciones, sobre todo en el caso del trigo y del maíz, que dejaron a los productores sin señales de precios.

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