Regina Sujovirsky

sábado, 24 de marzo de 2012

Corrientes: del arroz al trigo, la soja y la carne

La  producción  arrocera le abre la puerta a más granos y pasturas, que se suman a una ganadería de punta.

En 1909, el genial novelista valenciano Vicente Blasco Ibáñez (“Los cuatro jinetes del Apocalipsis”) paseaba su fama por el mundo. En su periplo aterriza en la Argentina. Deslumbrado por esa combinación de crecimiento fulgurante y expansión cultural de aquellos años, se enamora del país a primera vista.

Al año siguiente, regresa. Pero no ya como un hombre de las letras, sino que decide hacerse colono, agricultor. Compra tierras en Corrientes, sobre el Paraná, y organiza una colonia que bautizó como “Nueva Valencia”.

Acompañado de decenas de inmigrantes valencianos, Blasco Ibáñez impulsa el cultivo del arroz, el ingrediente típico de la paella. Su aventura agrícola no terminaría bien, porque el banco que financiaba el proyecto quebró. Pero el arroz quedó. Tanto, que hoy Corrientes es la principal provincia productora de arroz de la Argentina.

Es para celebrarlo. Y así lo entendió la Asociación Correntina de Plantadores de Arroz, que festejó los cien años de la primera siembra de este cereal, base de la alimentación mundial, en la provincia.


El evento tuvo lugar en Mercedes, la ciudad del centro sur correntino que crece al compás de dos actividades simbióticas: la ganadería y la agricultura arrocera. Cientos de productores asistieron a una jornada que combinó conferencias en la Sociedad Rural local, y una recorrida por el establecimiento El Rocío, donde se siembran anualmente 7.000 hectáreas de arroz con todos los atributos de la nueva tecnología. Allí estuvieron todos los actores de la pujante cadena, y las principales autoridades provinciales encabezadas por el gobernador, Ricardo Colombi.

Cristian Jetter, Presidente de la Asociación Correntina de Plantadores de Arroz, remarcó que más del 50% de la agricultura correntina es arroz. Se cultivan 100.000 hectáreas, “a pesar de la caída de precios internacionales y la suba de costos”.

Explicó que el sector está seriamente afectado por el atraso del tipo de cambio, y que en estas condiciones solamente los productores que alcancen altos rindes pueden evitar el quebranto. Recordó que la situación es más seria en Entre Ríos, donde el riego requiere bombeo, un costo que en Corrientes -con el uso de represas- es mucho más acotado.

La clave, para Jetter, está en los rindes. “Pasamos de 4.000 a 7.000 kg de rendimiento. Esto no ha sido por intensificación en el uso de insumos, sino por procesos. Buen uso del agua; la fecha del primer riego; la siembra que cuesta lo mismo en setiembre que en diciembre. El riego cuesta lo mismo si se inicia a los 15 días de sembrado o a los 45 días, pero los resultados son distintos”.
A pesar de la mala coyuntura, Jetter es optimista sobre el futuro del arroz en Corrientes. “Pueden sembrarse 125.000 con la infraestructura actual.

Y aprovechando los recursos hídricos que tenemos, hay 2 millones de hectáreas potenciales, pero hay que hacer la infraestructura y la sistematización. Solo utilizamos el 1% del agua. El 99% se va al mar y se saliniza, y eso significa un enorme desperdicio del recurso”.
Jetter ve también una extraordinaria posibilidad en la integración con la ganadería. “Siempre hay un pequeño resquemor pero el arroz ha potencializado a la ganadería, permitiendo que llegue la agricultura a campos ganaderos. Esto facilita el ingreso de contratistas, de máquinas. El ganadero busca al arrocero para que le haga agricultura”.

El anfitrión, el Dr. José Aranda, explicó esta combinación. “Somos arroceros desde hace muchos años. Y hace ya tiempo que empezamos a trabajar seriamente en lo que llamamos otros cultivos, tres años arroz y tres aprovechando esos campos para otros granos o forrajeras. Maíz, sorgo, trigo. Siempre nos impulsaba la producción de forraje para la hacienda. Corrientes es ganadera pero expulsora de producción porque en invierno hay heladas y no hay reservas forrajeras. Pero es posible, por ejemplo, hacer Raigras en campos arroceros para potenciar la ganadería”, manifestó.

También hicieron un fuerte foco en otras reservas forrajeras. “Desde hace años hacemos rollos de paja de arroz. Y como tenemos planta de procesamiento tenemos el arrocín, que lo vendíamos al sur para hacer alimento para perros. Hoy, encerrando la hacienda con arrocín y paja de arroz, los animales ganan más de un kilo diario”, dijo Aranda.

El otro tema que implementaron masivamente es el destete precoz.

En la reciente reunión de los CREA mostraron 5.000 destetados temprano. “Nuestra experiencia es que lo más estable es el trigo. Llevarlo a Rosario nos cuesta 25 a 30 dólares por tonelada. Más de cien dólares de flete por hectárea. Entonces hicimos silo de planta entera, cosecha de grano húmedo y engordamos hacienda con trigo. Todo producto de ser arroceros”, destacó.

Usan el sistema conocido como “Chacra espejo”: un año arroz, un año de descanso y vuelven a arroz. “El año de descanso fue a trigo donde cosechamos 3.200 y sobre el trigo/soja, parte va a cosecha y parte para alimentar los terneros de destete precoz que van a dar 100 kg de carne por hectárea pastoreando soja”, detalló.

“En Corrientes -prosigue Aranda- se producen 80 kg de carne por hectárea y por año. En este campo estamos cerca de los 200. Hoy con ese rendimiento la ganadería compite con el arroz. Con lo cual enhorabuena que exista la ganadería. El precio del kg vivo del ternero es el mejor de la historia pero es consecuencia de gruesos errores de la política ganadera que ahora nos está dando varios años de buena perspectiva para el sector”.

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