A nivel mundial se cultiva en los cinco continentes Asia, África,
Europa, Oceanía y América. El primero encabeza la producción y siembra
arrocera continente ya que posee diversas formas de siembra, en Asia hay
grandes particularidades, la producción cubre más de la mitad de la
población de ese continente y tiene una estrategia para lo que trabajan
con ese alimento. Asia controla el 90 % de la producción y en América
Latina el país que encabeza la producción es Brasil, condiciones de
secado de arroz.
“Asia es más extenso en su superficie, sigue África y América Latina
con variantes con la utilización de diversas tecnologías, donde mayor
densidad poblacional de Asia hay más productores (...) El nivel de
consumo per cápita por año en el caso de China 95.3 kg, Indonesia 156
kg, Malasia 87 kg, Bangladesh 193 kg, mientras que en Argentina sólo es
de 7 kilos”, dijo el funcionario Vicino.
Y añadió que “con la oferta y demanda mundial, entre 25 y 30 toneladas
de arroz producen los países que concentran la producción granaria, la
mayoría proviene de países asiáticos, mientras que entre los principales
productores están Tailandia, Vietnam y Estados Unidos que juntos
exportan la mitad de la producción mundial”.
En Argentina la producción se ubica en el litoral en la zona húmeda con
distintas ubicaciones, en Corrientes está la mayor concentración
productora principalmente sobre sus ríos por toda la provincia.
En lo que tiene que ver directamente con la provincia santafesina, el
ingeniero Vicino describió que “las oscilaciones alcanzó 20 % de la
población con 47.000 hectáreas de siembra, que posiciona a la provincia
en una situación de crecimiento diario, decrece en Entre Ríos por altos
costos y en competencia con otros productos”.
Corriente es la principal productora, mientras que Santa Fe es cada vez
más consolidada, en el comercio exterior tiene niveles similares a los
años noventa con un 1.600.000 toneladas gracias al nivel tecnológico que
se superó a los niveles de la década anterior.
En Santa Fe los Departamentos San Javier y Garay, concentran el 99 %
del área sembrada, correspondiendo un 70 % al primero y el resto a
Garay, mientras que en Sauce Viejo, el sembrado es discontinuo.
El grueso de la cosecha se extiende sobre el oeste del rio San Javier
ya que es la fuente principal de riego, de 220 km de largo por 20 de
ancho y desemboca en el Paraná. La zona es de suelo bajo adaptado al
cultivo de arroz con predominancia de valores que alcanzan el 90 %.
Otro punto que se contextualizó fue la evolución de Argentina en el
Mercosur durante el año 1991 la provincia fue mayoritariamente arroces
de menor producción de no más de 3.500 kilos por hectáreas donde “su
destino era al consumo interno, cuya especialidad eran los largos finos
que se sembraron por la demanda de Brasil”, comentó Vicino. A través de
la nueva metodología el productor adaptó las condiciones de riego, las
tradicionales poseían una forma de riego más irregular, durante mediados
de la década del 90 se produce la incorporación de los largos finos a
la producción santafesina.
“Culmina la crisis asiáticas que repercuten a nivel regional, que cae
la producción en 2001 al piso y el productor trató de defender su
rentabilidad, a partir de ahí una segunda etapa por los reacomodamientos
de los precios, más la creciente, incorporación de la energía eléctrica
a los bombeos, retoma competitividad de fertilización”, sostuvo Vicino.
Por otra lado, la evolución del área sembrada y producción,
mejoramiento de la sistematización para mejorar el riego del arroz. Este
anegamiento que fue la sumersión factores que fue favorables para
algunos nutrientes.También, hay que considerar la técnicas demanejo,
conseguimos menor densidad de siembra y la mejor posibilidad de cosecha;
mayor rendimiento que permite recolectar el arroz de forma más oportuna
y el quebrado cuando se cosecha con baja humedad y tiene depreciación
en su precio.
Es en esta época que se viene delineando, aparece el “arroz rojo” una
maleza invasora por lo cual el control se hace difícil, en una etapa,
atacaba a pequeñas extensiones de arroz que estaban infectadas por este
invasor y dañaba mucho a la producción arrocera, el arroz se desgrana
antes y provoca infestación, esto lleva a esta contaminación creciente,
dado el difícil manejo, la contaminación el productor hacia rotación
permanente para ver nuevos campos, producía un deterioro en la actividad
comercial.
“Actualmente estamos en punto de inflexión porque la nueva tecnología
en herbicidas posibilita la resistencia de las malezas a los herbicidas,
nos hace repensar nuevas formas de tecnologías para el futuro. La
evolución de las maquinarías representó la incorporación del rotor que
potenció la capacidad de trilla”, manifestó sobre la situación del
presente del productor, el ingeniero con más de cuarenta años de
experiencia.
La producción arrocera nacional requiere una inversión de u$s 45 M con
alta incidencia en combustibles y fletes. Según el especialista el
sector arrocero “posee una generación de mano de obra de 40 empleados
directos por cada 1.000 hectáreas, cuya influencia en el sector
productivo es de 1.800 y 2.000 personas en las diversas etapas del
cultivo”.
En relación a las fortalezas de la
producción arroceras en la provincia de Santa Fe, disponen de tierras
aptas para el cultivo sobre el rio San Javier, las fuente son de calidad
y seguridad en su uso. Además de los estabilidad de los rendimientos,
alta capacidad de materia orgánica, campos rotación con ganadería con
algunos leves retoques y suelos con espartillos, suelos salinos con
espartillo.
Por otra parte, relacionada a las fortalezas de este sector está la
calidad del arroz que es similar al resto de los países exportadores.
Santa Fe desde 2004 tiene su propio programa de mejoramiento
seleccionado en el propio suelo.
“Algunas de las debilidades es el
alto costo de infraestructura, es decir tendido de líneas y
trasformadores que van en sintonías con las dificultades de las líneas
de créditos y los problemas de redes y cruces de trasportes para acceder
al riego, lo que produce una pérdida del valor agregado de la
producción”, contó Vicino.
El ingeniero expresó la situación que se percibe y la incertidumbre que
aqueja a nivel futura a más de uno, si el cuidado no es racional. “La
escala de los molinos que está relacionada con la alta presión
tributaria y la falta de manos de obra en la región, además de una
carencia de legislación en el uso del agua, y una posible incertidumbre
ante una posible crisis energética”.
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