Regina Sujovirsky

sábado, 11 de junio de 2011

Roberto Schneider calificó a su padre de emprendedor, visionario y con carácter

El 6 de julio se cumplió 40 años de la desaparición física de Roberto Schneider, fue un símbolo en la historia arrocera santafesina. “Mi padre fue un luchador y siempre pensó en su familia, quiso que sus hijos estudiarán  y tomarán decisiones, también fue una persona con carácter en sus proyectos, era visionario pensaba en el progreso, consiguió todo lo que quiso fundamentalmente el respeto. Sus palabras las hacía valer, fue un veterano de 10”, dijo su hijo mayor Roberto Schneider.

 “Con mi hermano Ricardo estudiamos desde pequeños, no pudimos compartir muchas cosas con él pero si sabemos que era un emprendedor con muchas ideas y fue formándose en el sector económico y en lo social, con su gran carácter encontró el apoyo de la gente”, describió a su maestro.


 Además, destacan que en la década del 60 los productores “eran muy individualista, no sabían que era importante formar una cooperativa”, el impulso de Schneider era explicar  que trabajar en grupo significa encontrar soluciones. “Su pensamiento era mucho más amplio porque quería aglomerar a los productores para fortalecer a las instituciones”, resaltó Schneider.

La vida que construyó
Schneider fue el ideólogo de la empresa Molino Arrocero San Javier S.A en 1959, el primer molino en la región, junto con Pablo Mounier y Alberto Solé para procesar el arroz de la zona.

Sin tanta repercusión, en 1970 el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) dispuso el cierre de la estación experimental que funcionaba en Colonia Mascías desde 1936. Con Schneider en la presidencia de la Asociación Defensa y Promoción de la Costa (Adeproc) logro que las instalaciones del INTA fueran transferidas al gobierno de la provincia de Santa Fe, en el cual se respetó la donación de las 200 hectáreas, y a su vez el ministerio de Agricultura instaló un Centro Operativo Experimental.

A pocos meses de haberse fundado, el Instituto del Arroz de la Provincia de Santa Fe, su corazón le dijo basta a los 55 años. Luego de su muerte en 1971, la entidad había desaparecido porque su capitán ya no estaba comandando. En un efecto dominó comenzaron a cerrar las instituciones a partir de 1975, en ese tiempo el gobierno provincial resolvió levantar el Centro Operativo Experimental que se había gestado en los terrenos del INTA con el mandato de Schneider; posteriormente Adeproc dejo de existir. En esa línea, el molino arrocero fue cerrado en el 2000 en donde se despidieron a un centenar de trabajadores, entre personal de planta y  temporarios.

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