Regina Sujovirsky

miércoles, 8 de septiembre de 2010

El gran mundo de las www

Por: Regina Sujovirsky




Thomas Friedman asegura paladinamente su convicción de que la tecnología es el factor que impulsa el desarrollo económico para que la economía a su vez configure a la sociedad. El avance de la tecnología y la consiguiente prosperidad de las sociedades hacen que la política y la cultura se convierten en fenómenos secundarios. Cuando le formulan la escabrosa pregunta de si él es un determinista tecnológico, responde sin ambages: “Ésta es una pregunta legitima, permítame contestarla directamente: Soy un determinista tecnológico. Si me acusan de eso me declaro culpable”.

Es de percepción común que la aceleración de las comunicaciones mundiales ha incluido periodos espectaculares –de sobresaltos para muchos- en el último siglo. Después de que la radio y la televisión parecieran rematar el proceso modificatorio de nuestra relación con el tiempo y el espacio iniciado por los avances tecnológicos precedentes como el telégrafo y el teléfono, llego Internet para que los cambios nos dejen como despistados porque nos cuesta (en particular a los mayores) adaptar la mente a una nueva cultura móvil y tan llena de enigmas. Se trata de algo cuya evolución y alcances desafían muchas de las seguridades que conocíamos. Como dice Manuel Castells en "La Era de la Información", el nuevo sistema de comunicación electrónica “esta cambiando todo el espectro de la cultura humana y lo hará para siempre”. Mientras la televisión consolida su poder como gran organizadora social de la vida moderna, Internet conectando ordenadores esta en el centro de una ola que crece y nos advierte de que en modo alguno ha agotado su potencial de avances y novedades.

Así, como para hacer mas complicadas las cosas, a la red le van surgiendo nuevas ramas y es clarísimo que “la lógica del uso” no ha determinado de operar. La novedad mas activa es la constituida por los blogs (o weblogs), un fenómeno de dimensiones impredecibles en cuanto a su generalización y futuro. Se trata de “sitios” en los cuales individuos o grupos generan textos, fotografías, videos, audios, conexiones de diversos tipos que les habilitan diálogos, intercambios diversos, coparticipación, practicas colaborativas de todo tipo que ponen en actividad febril sobre todo a adolescentes; hay estimaciones que se crean 30 mil de estos blogs cada día.

El ingles Timothy Berners-Lee, el inventor de la World Wide Web, trabajaba en el CERN (organización Europea para la Investigación Nuclear) de Ginebra en agosto de 1991. Le preguntaron hace poco qué opinaba sobre el fenómeno de los blogs y manifestó que “se sentía muy feliz por esta derivación creativa de su propia innovación reconociéndola como una herramienta afectiva y en la dirección de sus propias ideales”.

Algunos definen al blogs como “un diario intimo on line”, aunque no sean privados ni secretos como los personales sino vocacionalmente sociales. En cuanto el nombre sugerido en 1997 se trata de un neologismo que la empresa editora de diccionarios Meriam-Webster asegura que hoy se crea un nuevo blog cada segundo de cada día y la “blogosfera” duplica su tamaño cada cinco meses.

Comparados simbólicamente con los “tipos móviles” de Johannes Gutenberg, este nuevo cambio que representan los blogs o weblogs estaría marcando una transición acelerada hacia un nuevo escenario que, en opinión de especialistas en mass media, podría ser visto como “una era de los medios personales o participatorios”. Esto ocurre en la televisión, los programas buscan la participación masiva en distintas audiencias, como lo hace Roberto Pettinato, leyendo lo que la gente escribe en el Facebook, y así podríamos mencionar muchos casos. Los medios y la tecnología van de la mano, y se aferran constantemente para no perder esta nueva civilización.

Manuel Castells en los tres volúmenes de La era de la Informacion. Economia, Sociedad y Cultura, se focaliza en el tema de la actual revolución centrada en tecnologías de la información (un conjunto convergente de microelectrónica, informática, telecomunicaciones, optoelectrónica e ingeniería eléctrica) que “está modificando la base material de la sociedad del planeta a un ritmo acelerado”. La Sociedad Red es el primer volumen. Consta de 590 paginas en siete capítulos en los que discute, entre otras cosas, temas tan actuales como la economía informacional y la globalización, la empresa-red, la transformación del trabajo y el empleo, los cambios de la ciudad y el hogar, el tiempo virtual y la sociedad.

Con las branquias de Google a estas alturas respira ya un montón de gente, con los ordenadores apagados, en cualquier momento de sus días”. Los bárbaros se entienden con la Internet y con los consumidores, definiéndolo así, porque “van donde encuentran sistemas de paso. En su búsqueda de sentido, de experiencias, van a buscar gestos en los que sea rápido entrar y fácil salir. Privilegian los que en vez de acopiar el movimiento lo generan. Les gusta cualquier espacio que genere una aceleración. No se mueven en dirección a una meta, por la meta es el movimiento. Sus trayectorias nacen por azar y se extinguen por cansancio: no buscan la experiencia, lo son”. Los bárbaros tienen formas de percepción, tienen técnicas de supervivencia.

Para finalizar, lo que nos quiere explicar Bruno Latour en el complejo mundo de las redes es que debemos reflexionar “como seres híbridos, como partes de colectivos en los que no podríamos sobrevivir sin la mediación técnica, sin las negociaciones constantes entre humanos y no humanos, asociaciones en las que nos implicamos mutuamente”. Estaremos constantemente surfiando con la información y conectándonos en el nuevo mundo de las www.

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